No existe nada como escribir un guión, es una especie de descarga de las imágenes que se desprenden de las ideas te dan vuelta en la cabeza como relámpagos diurnos. Muchas veces la resolución de una situación o el final de una escena vienen en los momentos más increíbles como el sueño. Es que parece un convencionalismo pero por momentos no pensas en otra cosa que en esas personas que imaginaste y las situaciones que los llevan por una historia. En algún punto los personajes viven en tu cabeza como seres reales. Construís para ellos un carácter, una obsesión, una debilidad, un amor, un lenguaje, una forma propia de responder a las circunstancias.
El personaje existe hasta con su pasado, con las buenas y malas desiciones, con el amor y la muerte, con la pasión y el desengaño. Es una especie de ser abstracto en busca de cuerpo, un Frankenstein de pura fantasía.
*Foto Cortesía www.doctormacro.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario