lunes, noviembre 06, 2006

BARRO



(Basado en la leyenda Hebrea del Golem)

El vacío y la oscuridad tejían una armonía infinita que se fue llenando de voces lejanas como plegarias. Y esas voces formaron letras cuya pronunciación divina conjuraban la alquimia de la creación y la vida.
E, fue escrita en la llanura de su palma y el vacío se llenó; M y la oscuridad perdió profundidad; E, nuevamente para abrir sus ojos; T y vió a su amo sonreír al contemplarlo vivo. EMET significa "verdad" en la escritura del libro sagrado. En aquella antigua lengua de los rabinos eruditos que estudiaban la Cábala como una ciencia aritmética que les permitiese llegar a Dios.
El anciano le explicó a la criatura recién forjada un conjunto de tareas que iban desde la limpieza de la casa y los jardines a la custodia de la honradez de la joven hija del amo. La criatura comprendió cada palabra con aquella fatua inteligencia que proveniente de su fuerte instinto por complacer al creador. Cumpliría con los quehaceres por el tiempo que su eternidad dispusiese.
El barro viviente, que alguna vez fue un elemento de la naturaleza, adquirió con el correr de los años la curiosidad que solo otorga la vida. La fascinación por la hija del amo fue fabricando en la materia recreada una mezcla confusa de seducción y culpa.
Como ocurre en la existencia de todos los seres y en las intrincadas tramas de las antiguas tragedias, quiso el azar que la joven correspondiese la fascinación de la criatura desencadenando la ira de su padre que, a través del melodrama de la vida, se convirtió en el oponente, en el enemigo.
Los jóvenes amantes inexpertos, combinación de barro y carne, lograron fugarse a tiempo de la vista del creador.
Cuando la luna iluminaba la ilusión del primer beso, los dedos de la joven recorrieron el barro en las manos de la criatura rozando la vieja escritura de su padre. EMET - susurró - y sin contener la caricia su dedo pulgar borró sin proponérselo la letra inicial. MET, muerto. El barro vivo en la criatura se secó ante sus ojos y se deshizo en mil partículas inertes ante sus lágrimas.

No hay comentarios.: