jueves, octubre 26, 2006

29 AÑOS DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO



La pesquisa de la esperanza

Abrió la cortina de la cocina y el sol concentro todos sus sentidos con la promisoria luminosidad de ser un día hermoso.
Puso la pava en el fuego y como cada mañana no sintió ganas de comer nada. El trago amargo del mate le calaría profundamente en el estomago pero había aprendido a acostumbrarse.
Miro el patio, algunas plantas necesitaban agua, otras apenas florecían y las más viejas habían igualado con ella ese extraño ciclo de tiempo que las alejaba.
El mate estaba en el punto exacto, ni muy caliente ni muy frió, como le gustaba a Mariana, solo que esta vez era amargo y un poco mas triste.
El ritual del mate requería una compañía que no tenía y el embargo de la noche y el dolor, le nublaron la vista veintitantos años después. La ausencia duele cada día con la intensidad de la primera vez. Se queda flotando en las venas como una poción pesada y deja un mal sabor de boca luego de las lagrimas del recuerdo.
Pasa por el living y por las fotos que ya no ve. Los momentos que retrata los conoce de memoria y le dejan los brazos vacíos de abrazos y los labios secos de besos dados en la inmensidad de la noche y la espera.
La ducha le devuelve las ganas y a veces la deja cantar algún valcecito de melodía alegre y letra triste. Inevitable es que piense en como serán sus rasgos; el color de sus ojos, el tamaño de su sonrisa, la densidad de su cabello. Tal vez trasnoche con amigos y se levante de mal humor. Posiblemente sea un optimista sin cura y ría por los chistes más tontos como su mamá.
La ilusión le lleno el pecho de mariposas ganándole a la angustia del tiempo. Abrió la puerta de su casa con manos seguras y firmes; las mismas que no pudieron tener a su nieto el día de su nacimiento pero que lo buscan implacablemente en una pesquisa de esperanza.

GRACIAS ABUELAS

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