El mundo conoció entonces a Dixie Chicks no por su música o trayectoria sino por la agudeza del comentario y la prohibición que padecieron bajo el gobierno de George Bush.
El grupo oriundo de Austin Tejas tuvo desde sus inicios una representación femenina con la violinista Martie Maguire y la guitarrista Emily Robinson. A mediado de los noventa la formación debió sobreponerse a la partida de Amy Grant, convertida en solista.
El consagrado grupo country necesitaba desesperadamente una vocalista y fue el guitarrista Lloyd Maines quien les propuso tratar de convencer a su hija Natalie, roquera de convicción, a de dar una prueba.
La incorporación de Natalie produjo el álbum Wide Open Spaces y un total de ventas que les valió doce veces el platino. El grupo afianzó sus raíces e incorporo una leve reminiscencia roquera.
En “Fly”, su siguiente disco en estudio, el single “Good Bye Earl” que relataba cómo una mujer que era victima de la violencia domestica planeaba asesinar a su marido se convirtió en numero uno en pocos días y genero una especie de polémica sobre la justicia por mano propia. El grupo había comenzado a recorrer otros argumentos en las letras de sus canciones. Problemas y realidades que iban más allá de la temática clásica de country: el amor, el des-amor, la traición o la familia.
“Traveling Soldier”, una canción reflexiva sobre la vida de un soldado al volver de Vietnam, escrita por el cuñado de Emily Robinson, fue estrenada para la apertura de la gira mundial de la banda que comenzaba en Londres. En toda Europa y América se sucedían las marchas en contra de la invasión de a Irak y fue entonces que Natalie pronuncio las once palabras que cambiaron el auspicioso presente de la banda.
Tildadas de traidoras, mujerzuelas y amantes de Saddam, las Dixie Chicks solo se retractaron de haber hecho una declaración en el extranjero pero trataron de encuadran sus puntos de vista dentro de la libertad de expresión.
“Shut Up And Sing” es un documental que refleja este fragmento en la historia de The Dixie Chicks e intentaron sobrellevar la prohibición, el boicot y, también, las voces de apoyo. Con agilidad y documentación las directoras Barbara Kopple y Cecilia Peck muestran con total libertad las internas que sobrevinieron a la declaración y luego el circulo que la banda cerro para proteger a Natalie, pero también su propia elección de hablar.
Una buena oportunidad de conocer como opera el supuesto patriotismo de un sector de la sociedad americana incapaz de reconocer otra opinión que no sea la propia y a la vez examinar como una crisis puede ser una oportunidad para un grupo que trascendió el ámbito country y se posiciono como un icono de la libertad de expresión.
TRAILER SHUT UP & SING
IM NOT READY TO MAKE NICE
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