Una casa embrujada. Un chico enfermo. Amigos imaginarios mezcla de soledad y fantasmas. Una desaparición. Una madre desesperada victima de su propia locura y de juegos de búsqueda planeados desde el otro lado de la vida.
Contado de esta manera, El Orfanato, la última producción de Guillermo Del Toro (El Laberinto Del Fauno) con dirección de Juan Antonio Bayona no parece agregar novedades al género del terror.
No obstante dar por sentado la eficacia de la nueva ficción española es un error. Entregas como “Cuentos Para No Dormir” o filmes de las características de “
Desarrollada dentro del género del terror “El Orfanato” le suma a la estructura convencional el componente dramático, narrado por la desesperación de una madre en búsqueda de su hijo mientras la realidad -fuera de este mundo- la empuja mas allá de los prejuicios y la cordura. La enorme destreza actoral de Belén Rueda (Mar Adentro), eje fundamental del filme, pone al espectador al límite de la comprensión y le infunde la percepción de desesperación necesaria para transitar los giros de la historia.
Innovando y no “El Orfanato” se ha convertido en la película mas vista en la historia de su país, candidata a los premios Oscar y referente del terror de habla hispana. Pero el merito mas exquisito de esta producción es el de ser “una historia bien contada”.
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